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LAS RELACIONES DE PAREJA EN LA COMUNIDAD TERAPÉUTICA

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Durante el tratamiento en la comunidad terapéutica, no están permitido que los pacientes establezcan relaciones íntimas entre ellos (a todos los niveles: emocional, sexual, etc.). Esta limitación no siempre es entendida por los todos los profesionales, pero la experiencia profesional nos muestra una y otra vez que las relaciones que se establecen durante tratamiento no están basadas en el compromiso y el apoyo mutuo. ¿Y qué buscan las personas que tratan de relacionarse de manera íntimas con compañeros? En ocasiones las personas exploran otra manera de encontrar la recompensa inmediata en las relaciones sexuales, una vez que renuncian al consumo de sustancia. Otras veces quieren conseguir un cómplice para salir de tratamiento y seguir consumiendo, ya que el estar acompañado en esa decisión la persona se hace fuerte ante profesionales y familia. También hemos encontrado que las personas buscan ese tipo de relaciones como una manera de evadirse de su propia responsabilidad y del desarr

LA RECOMPENSA INMEDIATA Y LA ADICCIÓN

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“Lo quiero, y lo quiero ya.” Me olvido de las consecuencias negativas, de lo que deseo realmente, de mis valores y de mis objetivos a largo plazo. La gratificación inmediata está íntimamente ligada a la adicción, tanto que la adicción podría definirse como “un trastorno mental crónico de recompensa cerebral, motivación, memoria y circuitos relacionados, reflejándose en individuos que persiguen patológicamente la recompensa y / o el alivio mediante el uso de sustancias y otras conductas”. Esta manera de comportarse hace estragos en la salud mental de las personas. Implica renunciar a aquello que de verdad nos importa, lo que es importante para nosotros, a favor de un placer inmediato, muchas veces vacío de sentido. Esta condición, además, puede provocar que exista un sentimiento de frustración constante, ya que cuando la persona se orienta hacia la gratificación, y ésta no se da, se genera una sensación de “no satisfacción” continua. En el famoso experimento de psicología social

EL JUEGO COMO UN PROBLEMA DE ADICCIÓN

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“Consumo alcohol y cocaína esporádicamente” , manifiesta un paciente en una primera entrevista para ingresar en el centro. “¿Y juegas? ¿A las máquinas tragaperras, apuestas, ruleta, bingo, etc.?” , le preguntamos nosotros. “Ah, sí, con la ruleta también me pico.” . Esta situación se repite cantidad de veces. Hasta que no le hacemos una pregunta de manera explícita, nombrando el juego, no lo mencionan. Como si el juego, al no existir una sustancia de por medio, fuera menos adicción. Socialmente, el hecho de tener un problema con sustancias, valida más el hecho de tener una adicción. Es como que el juego se ve como un problema secundario. Y nada más alejado de la realidad. Las consecuencias del juego patológico afectan igual de negativamente que cualquier otro tipo de adicción. Efectos perjudiciales y persistentes en todas las áreas de la vida: salud, economía, familia, trabajo, social, emociones, etc. Las adicciones, tanto con sustancia como sin sustancia, afectan a los circuitos c

ENVIDIA Y ADICCIÓN

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El hecho de ser seres sociales, nos aporta como humanos muchas consecuencias positivas: nos da seguridad, una red de apoyo, podemos compartir nuestras alegrías, facilidad para nuevos aprendizajes, sentirnos acompañados, etc. Pero también existen otras repercusiones en lo individual, no tan ideales. Algunas de éstas pueden ser: la presión social para hacer conductas que no nos conviene, contagiarnos de sentimientos desagradables, acarrear con responsabilidades que no nos tocan, recibir críticas y humillaciones, etc. Entre éstas últimas, nos centraremos en una de las consecuencias negativas (o no, lo veremos más adelante) de ser seres sociales, que es sentir envidia. La envidia nace de la comparación. Si no existe otra persona con la que sentirse superior o inferior en algún aspecto, no aparecería este sentimiento. Pone en evidencia de lo que percibimos que carecemos, nos deja en una posición vulnerable. Por eso, nos sentimos cobardes y avergonzados de admitirla, y es desagradable sent

DIFERENCIA ENTRE CONFIANZA Y SUPERVISIÓN

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“Es que no confía en mí, siempre va detrás mía”. Explica un paciente después de una salida de fin de semana a su entorno habitual, refiriéndose a su familiar. Lo entendemos. Entendemos que la familia sienta un miedo terrible a que el paciente vuelva a recaer. Comprendemos que, para paliar esa inquietud, trate de controlar los movimientos del paciente. Y nos ponemos en el lugar de la persona con un problema de adicción, claro. La persona que trata de cambiar su vida al 100%. Que ha renunciado a todo para ingresar en una comunidad terapéutica durante un largo tiempo para recuperarse. Que está cumpliendo con lo que se le dice. Y que, a pesar de ello, tiene unos ojos vigilantes siempre detrás suyo. Lo primero saber que esta situación, si se da, es por la mayor de las suertes: contar con el apoyo de gente que quiere que estemos bien. Es decir, con gente que nos aprecia. Partir de este punto hace que el camino hacia el entendimiento sea más fácil. Nosotros explicamos durante el trata

QUÉ HACER EN LAS CELEBRACIONES Y FIESTAS CUANDO TENGO UN PROBLEMA DE ADICCIÓN

Adicción y celebraciones, complicada relación. Éste es otro de los grandes desafíos a los que se tienen que enfrentar los pacientes con un problema de adicción cuando ya no están consumiendo. El consumo de alcohol y otras sustancias, está muy establecido en fiestas y celebraciones. Cambiar este hecho es ir en contra de años de tradición. Una de las orientaciones básicas que damos a los pacientes para evitar recaídas es poner distancia a los disparadores. Exponerse, por tanto, a un evento donde existen cantidad de personas consumiendo sustancias, es arriesgado y aumenta notablemente la probabilidad de recaída. Por otro lado, las celebraciones forman parte de nuestra cultura, es una de las actividades sociales que compartes con las personas que quieres y que proporcionan alegría y sentimiento de pertenencia. ¿Cómo combinar ambas necesidades (la de mantenerse en abstinencia junto con la de seguir celebrando con las personas que quieres los hechos importantes de una vida)? En prime

EL PAPEL DEL OCIO EN LA ADICCIÓN

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¿A qué dedicabas tu tiempo libre antes de ingresar en el centro? – Preguntamos a los nuevos usuarios que ingresan en Las Flotas. A lo cual, los nuevos pacientes, ofrecen diversidad de repuestas: “No tenía tiempo libre, solo trabajaba”, “Veía la televisión”, “Estaba en el sofá mirando el móvil”, “Iba a consumir”, “Buscaba dinero para consumir”, “Antes de consumir, iba a jugar al fútbol, y me gustaba”, “Hacer las tareas de casa”, “Solo dormía”, “Tenía mucho tiempo libre pero no lo aprovechaba”, “Me aburría”, “Salía de fiesta”, etc. El tiempo libre es todo aquel espacio temporal que queda tras cumplir con las obligaciones laborales, familiares, domésticas y administrativas. Es un tiempo muy valioso en el que la persona puede dedicarse a realizar actividades que le aporten descanso, diversión, relaciones sociales, desarrollo personal, formación, participación social o expresión artística y manual. Es un respiro dedicado al alma. Es una expresión auténtica de quienes somos. Es un rega

LA NORMATIVA SOCIAL EN LAS ADICCIONES

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Las normas sociales nos dan un marco seguro en el que actuar en comunidad. Nos marcan aquello que está bien y aquello que está mal. Nos indican cómo actuar. Cuáles son los límites. Una persona cuando tiene un trastorno de adicción, justamente es este punto, el de los límites, el que está alterado. Eso se traduce en que muchos de ellos han tenido problemas con la justicia, o multas de tráfico, o han cometido robos. Esta problemática, el hecho de no seguir bien las normas, van desde las pequeñas trasgresiones o desviaciones de la norma hasta delitos mayores. Eso acarrea una serie de consecuencias y éstas son, en muchos casos, las que hacen que los pacientes se den cuenta de que algo no funciona bien y deseen cambiar. Hablando con los pacientes, nos damos cuenta que tienen una percepción de la norma social como algo que les resta libertad. Nada más lejos de la realidad. La norma social, cuando es democrática y sensata, abre un abanico de posibilidades muy amplio para la acción (ofre

LA PLANIFICACIÓN EN LAS ADICCIONES

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Decía Benjamin Franklin: “¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida”. Y a eso es a lo que tratamos de darle importancia durante el tratamiento de rehabilitación: a la vida. Y esto que puede parecer algo muy ambicioso, ambiguo incluso, lo llevamos a tierra PLANIFICANDO. Realizar un plan, organizar nuestros minutos de vida, no es solo saber qué voy a hacer y ya está. Es darle un espacio y reflexionar qué voy a hacer con mi tiempo (y, por ende, con mi vida). El trastorno de adicción en activo es realizar justamente lo contrario, es no dar espacio ni tiempo a la reflexión y a la valoración de nuestro tiempo. Se consume la sustancia o el juego, y con ellos, se consume nuestra economía, nuestros valores, nuestras relaciones, nuestras emociones y, por supuesto, nuestro tiempo. El consumo nos quita, nos frustra, nos vacía. Parte importante de la rehabilitación es la planificación de actividades que ensanchan el alma:

PEDIR AYUDA, EL PRIMER PASO DEL CAMBIO

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Si existe un gesto que puede ayudar a las personas con trastorno de adicción a salir del bucle del consumo, es ese: el de pedir ayuda. El primer cambio de dirección. El primer paso de la acción y de la salida del pozo. Porque pedir ayuda lleva implícito muchos mensajes al mismo tiempo: ·          “Tengo un problema” ·          “No lo estoy haciendo bien” ·          “Lo reconozco públicamente (o ante otra persona)” ·          “No puedo salir de este problema yo solo” ·          “Necesito un apoyo emocional” ·          “Necesito un apoyo técnico” ·          “No quiero seguir funcionando como hasta ahora” ·          “Estoy solo en esto y necesito que me acompañes” ·          “Tú eres la persona en la que confío y que creo que me puedes echar un cable” (la persona a la que dirige la petición). Este paso da miedo. Da miedo porque te coloca en una posición de vulnerabilidad en el momento en que lo dices. También cabe la posibilidad de que la persona a quien se lo pides

EL DESEO DE VIVIR AL LÍMITE

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“Mi corazón latió con más fuerza, se dilataron mis pupilas, mi respiración iba a mil, me sentía eufórico”. Este podría ser perfectamente un comentario de una persona que tiene un problema de adicción ante un consumo. Sin embargo, también escuchamos este tipo de discursos ante una situación que lleve a la persona a experimentar emociones fuertes: carreras de coches, saltar desde grandes alturas (puenting, parapente, etc.), realizar actos prohibidos o ilícitos, practicar deportes extremos y sin seguridad, etc. Y, en ocasiones, encontramos que van de la mano. Es decir, muchos de los pacientes que están en comunidad terapéutica hablan de un deseo de realizar este tipo de actividades que les hacen sentir que viven al límite.   Este tipo de actividades, en sí, ya comportan en ocasiones un peligro que puede, incluso, poner en riesgo la vida de quien lo pone en práctica. Se añade el hecho que, en las personas que tienen una adicción, además, puede suponer una señal que indique una posible

LA IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS SALUDABLES EN LA PREVENCIÓN DE RECAÍDAS

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Desarrollar e integrar un modelo de vida basado en hábitos saludables es radicalmente incompatible con el consumo de sustancias tóxicas o con un patrón de juego patológico. Por tanto, cuanto más integrado y fortalecido esté este modelo de actuar, más alejado estará el consumo, por imposibilidad. ¿Y qué significa llevar un estilo de vida saludable en las personas que han tenido un problema de adicción? - Tener un horario de sueño regular: acostarse antes de las 23.30, despertarse entre las 7.00 y las 8.00. Puede existir una pequeña siesta opcional entre las 15.30 y las 16.15, en función de las necesidades). - Tener una rutina de comida: desayuno a las 8.30, comida a las 14.00, cena a las 21.00 (almuerzo y merienda opcional a las 10.30 y 18.00). No picotear entre horas. No saltarse comidas. No tener atracones. - Comida basada en vegetales y, mayoritariamente, elaborada en el propio hogar (o casa): ensalada de manera diaria como acompañamiento, una o dos frutas diarias, uno o dos lácteo

LA COMPULSIÓN EN LA ADICCIÓN

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Si la semana anterior hablábamos de la impulsividad, hoy nos acercamos a la compulsión. Este concepto se refiere a un patrón de conducta caracterizado por la falta de control en la búsqueda e ingesta de la sustancia o acción (uso de internet, compra, juego, etc.), a pesar de los efectos desfavorables en las diferentes áreas vitales de la persona. Es un tipo de reacción a un malestar agudo o ansiedad y donde la persona no es capaz de detener la conducta, contrariamente incluso a lo que desea la persona (que muchas veces no quiere participar en esa conducta). La compulsión está apoyada por unos pensamientos de obsesión muy intensos, donde la persona cuando no está consumiendo (sustancias), o realizando aquellas conductas compulsivas, está pensando potentemente cómo conseguir dinero, o tiempo, o un lugar para hacer (o consumir) aquello que desea. El ingreso en comunidad terapéutica implica un control de estímulos suficientemente largo, con cantidad de actividades a lo largo del día, q

LA IMPULSIVIDAD EN LA ADICCIÓN

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Hay dos rasgos dentro de la personalidad de las personas con adicción que se repite de manera constante: las conductas impulsivas y las reacciones compulsivas. Entender este tipo de actuaciones es clave para modificar los comportamientos que se dan en las personas con un trastorno de adicción y que pueden evitar recaídas. En el post de hoy nos centraremos en la impulsividad y en el siguiente trataremos de acercarnos al concepto de compulsión. Y, ¿qué es la impulsividad? Es una reacción rápida, inesperada y desmedida ante cualquier situación. Es una conducta en la que la persona se deja llevar por una tentación o deseo que siente sin tener en cuenta las consecuencias de sus actos. Además, no hay que confundirlo con una conducta espontánea, fruto de la confianza personal, donde una persona actúa con naturalidad y sin miedo, no. Es más bien una pérdida del contexto, sin medida de la conducta, y, en muchas ocasiones, destructiva. Una persona que se comporta de manera impulsiva pierde de