ENVIDIA Y ADICCIÓN

El hecho de ser seres sociales, nos aporta como humanos muchas consecuencias positivas: nos da seguridad, una red de apoyo, podemos compartir nuestras alegrías, facilidad para nuevos aprendizajes, sentirnos acompañados, etc. Pero también existen otras repercusiones en lo individual, no tan ideales. Algunas de éstas pueden ser: la presión social para hacer conductas que no nos conviene, contagiarnos de sentimientos desagradables, acarrear con responsabilidades que no nos tocan, recibir críticas y humillaciones, etc. Entre éstas últimas, nos centraremos en una de las consecuencias negativas (o no, lo veremos más adelante) de ser seres sociales, que es sentir envidia.

La envidia nace de la comparación. Si no existe otra persona con la que sentirse superior o inferior en algún aspecto, no aparecería este sentimiento. Pone en evidencia de lo que percibimos que carecemos, nos deja en una posición vulnerable. Por eso, nos sentimos cobardes y avergonzados de admitirla, y es desagradable sentirla. Por ello, se queda atascada dentro de la persona, siendo una de las emociones que cuesta expresar y que alimenta ese malestar en las personas con adicción.

Pero existe otra manera de verlo. ¿Y si en lugar de sentirnos mal, entendemos que tenemos límites, de que no somos perfectos? ¿Y si lo tomamos como un punto de partida para la acción y para la mejora personal? ¿Y si nos lleva a aprender nuevas habilidades? ¿Y si nos da pistas para saber aquello que es importante para nosotros (saber nuestros valores)? ¿Y si nos promueve a la sana competitividad? ¿Y si hace que nos superemos? En ocasiones, los pacientes expresan: “Tengo envidia de mi compañero porque ha finalizado el tratamiento”, y eso, puede ser un gran motor de cambio.

Y a veces, la envidia, es el primer punto en el que la persona se da cuenta de que algo no funciona. Cuando la persona con adicción siente envidia por su amigo o amiga, que consume, por ejemplo, alcohol, y es capaz de poner un límite. Eso, puede dar a la persona una señal importante de que algo no funciona y hay algo que cambiar. Y en eso, nosotros, te podemos ayudar.

¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.

Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.

Ana Sala, psicóloga de las Flotas.

 

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