LA COMPULSIÓN EN LA ADICCIÓN
Si la semana
anterior hablábamos de la impulsividad, hoy nos acercamos a la compulsión. Este
concepto se refiere a un patrón de conducta caracterizado por la falta de
control en la búsqueda e ingesta de la sustancia o acción (uso de internet,
compra, juego, etc.), a pesar de los efectos desfavorables en las diferentes
áreas vitales de la persona. Es un tipo de reacción a un malestar agudo o
ansiedad y donde la persona no es capaz de detener la conducta, contrariamente
incluso a lo que desea la persona (que muchas veces no quiere participar en esa
conducta).
La compulsión está
apoyada por unos pensamientos de obsesión muy intensos, donde la persona cuando
no está consumiendo (sustancias), o realizando aquellas conductas compulsivas,
está pensando potentemente cómo conseguir dinero, o tiempo, o un lugar para
hacer (o consumir) aquello que desea.
El ingreso en
comunidad terapéutica implica un control de estímulos suficientemente largo,
con cantidad de actividades a lo largo del día, que permite a los pacientes
aprender e integrar otros patrones de conducta más conscientes y sensatos.
También se analiza de manera minuciosa los pensamientos, emociones y conductas
previas a la conducta compulsiva para que los pacientes puedan identificar con
claridad cuando se encuentran ante ella.
Y, por supuesto, otorgamos
herramientas. Herramientas prácticas para detener ese modelo de actuar que
ocasiona problemas significativos. Algunas de estas herramientas son, por ejemplo:
la psicoeducación (qué es el craving, qué son los disparadores, qué es la
ansiedad, cuál es el ciclo de la ansiedad, etc.), cumplimiento de normativa
interna (con lo que se aprende a fijar límites en la conducta), farmacología
(ajustada por su psiquiatra de referencia para disminuir los síntomas físicos),
identificación de disparadores y planificación de cómo evitarlos, parada de
pensamiento, implantación de conductas alternativas, expresión emocional, regulación
emocional, orientación de la persona hacia la búsqueda de soluciones,
restructuración cognitiva (cambio de pensamientos irracionales a través de
psicoterapia), implantación de hábitos saludables, etc.
Además, le hacemos
saber en cada momento a la familia estas herramientas, porque son los
familiares quienes apoyan los aprendizajes en el exterior, siempre orientados
por los profesionales, que contactan con ellos todas las semanas. La finalidad
siempre es la misma: la prevención de recaídas en el largo plazo a través de la
implantación de factores de protección y eliminando todos aquellos factores de
riesgo.
¿Y qué otras
orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En
próximos posts, las iremos revelando.
Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.
Ana Sala, psicóloga de las Flotas.