LA PLANIFICACIÓN EN LAS ADICCIONES
Decía Benjamin Franklin: “¿Amas la vida? Pues si amas la vida
no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la
vida”. Y a eso es a lo que tratamos de darle importancia durante el tratamiento
de rehabilitación: a la vida. Y esto que puede parecer algo muy ambicioso,
ambiguo incluso, lo llevamos a tierra PLANIFICANDO. Realizar un plan, organizar
nuestros minutos de vida, no es solo saber qué voy a hacer y ya está. Es darle
un espacio y reflexionar qué voy a hacer con mi tiempo (y, por ende, con mi vida).
El trastorno de adicción en activo es realizar justamente lo
contrario, es no dar espacio ni tiempo a la reflexión y a la valoración de
nuestro tiempo. Se consume la sustancia o el juego, y con ellos, se consume
nuestra economía, nuestros valores, nuestras relaciones, nuestras emociones y,
por supuesto, nuestro tiempo. El consumo nos quita, nos frustra, nos vacía.
Parte importante de la rehabilitación es la planificación de
actividades que ensanchan el alma: la higiene, las terapias, la cocina, el ocio
saludable y divertido (cantar, bailar, pintar, crear, etc.), la reflexión, el
descanso reparador, el deporte, la lectura, la búsqueda de soluciones a los
problemas que van surgiendo, las conversaciones, la búsqueda de empleo con
sentido, la familia, etc. Todas estas actividades nos humanizan, nos
satisfacen, nos llenan.
Durante las primeras fases de tratamiento, esta planificación
es ofrecida por el centro: la propia comunidad terapéutica da los horarios para
cada actividad, con un espacio para el tiempo libre. Este tiempo libre es con
el que los pacientes empiezan a practicar eso de “¿Qué elijo hacer con mi tiempo?”. Aquí ya se empieza a apreciar quien lo utiliza
para realizar actividades que le llenan de bienestar y quien, por inercia, lo
malgasta estando de brazos cruzados o, peor aún, utilizándolo en conversaciones
de crítica y negatividad. Bien, esto forma parte del tratamiento. Poco a poco
van aprendiendo, o retomando si es que lo habían abandonado, a organizar y
planificar su tiempo según sus responsabilidades o capacidades, priorizando
aquellos aspectos que requiere mayor atención o que genere estrés y, por otro
lado, reservando momentos de descanso, desconexión y diversión. Posteriormente esta
planificación se va trasladando progresivamente a los fines de semana, fuera de
comunidad y, finalmente, en la etapa de seguimiento. Esta organización es
revisada ya que es uno de los objetivos clave dentro del tratamiento, y se
explica a la familia por qué tiene que ir consiguiendo esos objetivos y la importancia
de ellos dentro de la prevención de recaídas en el futuro.
¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el
tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.
Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.