LA IMPULSIVIDAD EN LA ADICCIÓN
Hay dos rasgos
dentro de la personalidad de las personas con adicción que se repite de manera
constante: las conductas impulsivas y las reacciones compulsivas. Entender este
tipo de actuaciones es clave para modificar los comportamientos que se dan en
las personas con un trastorno de adicción y que pueden evitar recaídas. En el
post de hoy nos centraremos en la impulsividad y en el siguiente trataremos de
acercarnos al concepto de compulsión.
Y, ¿qué es la
impulsividad? Es una reacción rápida, inesperada y desmedida ante
cualquier situación. Es una conducta en la que la persona se deja llevar por
una tentación o deseo que siente sin tener en cuenta las consecuencias de sus
actos. Además, no hay que confundirlo con una conducta espontánea, fruto de la
confianza personal, donde una persona actúa con naturalidad y sin miedo, no. Es
más bien una pérdida del contexto, sin medida de la conducta, y, en muchas
ocasiones, destructiva. Una persona que se comporta de manera impulsiva pierde
de vista los principios de realidad, se lanza a la acción sin mesura. ¿Y
después? Después, los “madres mías”.
Durante el
tratamiento de rehabilitación tratamos de hacer ver lo que son las reacciones
impulsivas: aquellas evidentes, y aquellas que no lo son tanto. Ocurre sobre
todo en situaciones de alta tensión. Lo vemos en la comunidad terapéutica,
cuando existe un conflicto, por ejemplo, de convivencia. Tienen dificultades
para tolerar ese malestar y en lugar de parar y reflexionar, en muchas ocasiones
toman una decisión impulsiva, como por ejemplo huir. Después de este tipo de
episodios, conocemos que son reacciones impulsivas porque a los pocos días nos
vuelven a llamar con sentimiento de arrepentimiento, y explicando que tomaron
una decisión imprudente, sin reflexión y dejándose llevar por el enfado o la
frustración.
Algunas de las
características que tienen las personas impulsivas son las siguientes: actúan
rápido, tienen dificultades para perder, impacientes, tienen una baja
tolerancia a la frustración, muy bajo autocontrol y una búsqueda de satisfacer
sus deseos de manera inmediata.
Durante la
rehabilitación lo que pretendemos es que los pacientes aprenden a controlar sus
impulsos de diferentes maneras que definimos a continuación: parar y reflexionar
las consecuencias de sus actos, ser conscientes de lo que implica el dominio de
los impulsos sobre la conducta personal, organizar las acciones cuando quieren
conseguir algo y anticipar los posibles obstáculos, entrenar en la reflexión
personal de manera diaria (a modo de diario emocional), priorizar las acciones,
instrucción en expresión emocional, aumentar la tolerancia a la frustración
(asumir que no siempre vamos a recibir aquello que esperamos),
realización de actividad física, ser consecuentes con las acciones y aumentar
el repertorio de respuestas adaptativas para modificar nuestro estado
emocional.
Todas estas acciones
también las explicamos a la familia para que sepan qué estamos tratando de
disminuir la impulsividad con las medidas correspondientes.
¿Y qué otras
orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En
próximos posts, las iremos revelando.
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