TOMAR LA MEDICACIÓN

 

Le voy a decir a mi psiquiatra que me baje la medicación”. Imaginad que, en lugar de psiquiatra, es un neumólogo. “Le voy a decir a mi neumólogo que me suba la medicación”, inverosímil, ¿verdad? Pues este tipo de comentarios son habituales entre los pacientes con problemas de adicción de la comunidad terapéutica. Ante ellos, los profesionales siempre les orientamos que, la toma de medicación psiquiátrica debe respetarse, según el criterio médico, y que, ellos, como pacientes, deben informar lo más detalladamente cómo se sienten para que el médico pueda volver a reajustar dicha la prescripción.

Durante el tratamiento se hace hincapié en la toma de medicación como un pilar fundamental del tratamiento de la adicción. Debe tenerse en cuenta que, muchos de los pacientes tienen patología dual (unión de un trastorno de adicción y un trastorno psiquiátrico), y dependen de la medicación ajustada para su estabilidad mental, ya que un desequilibrio en este sentido aumenta las probabilidades de recaída y la gravedad de los síntomas clínicos y sociales.

Este aprendizaje se hace a través de:


·      Psicoeducación: se informa de la importancia de la toma de medicación y las consecuencias que puede tener el no tomarlas. También hablamos de lo que significa la patología dual y del proceso de ajuste de medicación psiquiátrica (prescripción médica de un psicofármaco como tratamiento, ajuste de la medicación, evaluación y seguimiento del tratamiento si se experimentan efectos secundarios complejos).

·     Toma supervisada de la medicación en los horarios pertinentes, tanto dentro del centro (supervisión realizada por los monitores), como en casa cuando salen (por la familia).

·      Aprendizaje de cómo comunicarles a los psiquiatras sus síntomas en caso de que perciban que algo no funciona bien. En este caso, nos sentamos junto a ellos y realizamos un listado detallado de que síntomas perciben: ¿Concilias bien el sueño? ¿Tienes signos de ansiedad (palpitaciones, sudoración) ?, ¿Cómo es tu estado de ánimo?, ¿Tienes pensamientos obsesivos?, ¿Has notado una pérdida de memoria?, ¿Puedes concentrarte bien?, ¿Existen pensamientos suicidas?, ¿Percibes que tu rendimiento ha bajado?, ¿Notas sentimientos de tristeza o ira permanentes?, ¿No consigues controlar tu impulsividad?, ¿Comes más o menos de lo habitual?, ¿Tus pensamientos están acelerados de más?, ¿Pensamientos paranoides?, ¿Escuchas voces?. Esta información es la que tienen que trasladar a sus psiquiatras.

 

Y todo esto, ¿con qué objetivo? Lo tenemos claro: mejorar los resultados del tratamiento, que existan menos efectos secundarios, reducir el tratamiento (si fuera posible), disminuir la probabilidad de recaídas y mejorar la calidad de vida del usuario/a. Y, como siempre, estas orientaciones las ofrecemos tanto a pacientes como a sus familias.

 

¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.

 

Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.

Ana Sala, psicóloga de las Flotas.

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