FACTORES DE RIESGO DEL CONSUMO DE DROGAS
Una semana más queremos
compartir con todos nuestros lectores, información veraz y práctica para
conocer y prevenir el consumo.
Abrimos una nueva serie de posts, esta vez relacionados con los diferentes factores de riesgo que existen y que pueden aumentar la probabilidad, que no determinar, el consumo.
En primer lugar, veamos qué es un factor de riesgo relacionado con las adicciones. Los factores de riesgo son “aquellas circunstancias o características personales, ambientales o relacionadas con la sustancia, que aumentan la probabilidad de que una persona se implique en el consumo de drogas y éste llegue a causarle problemas”.
Como observamos, existen factores de riesgo relacionados con diversas áreas. Vamos a profundizar en algunas de ellas a lo largo de estas semanas.
Hoy empezaremos con los factores de riesgo relacionados con elementos personales, es decir, aquellas características que son propias de los individuos y que, siempre según la evidencia científica, son las que pueden impulsar el consumo. Nombramos las más importantes:
Edad. La etapa vital de la adolescencia existe una mayor probabilidad de inicio de consumo.
Baja autoestima. Una baja sensación de capacidad
personal para enfrentarse a los diferentes problemas vitales que se le plantean
a la persona, puede empujar a la persona al consumo.
Baja asertividad. Esta habilidad es la que hace que
una persona sea capaz de expresar sus propias necesidades y sentimientos a los
demás, respetando al otro y a sí mismo, evitando la comunicación agresiva o
pasiva. Si un individuo no es capaz de rechazar un consumo ante la presión
social, por esa baja asertividad, puede predisponerle al consumo.
Elevada búsqueda de
sensaciones. Esta
característica es un rasgo de personalidad que provoca que aquellas personas
que tienden a él, presenten una exploración de nuevas e intensas emociones,
como las que puede proporcionar el consumo de sustancias.
Lugar de control
externo. Éste es
otro de los factores de personalidad que pueden impulsar el consumo, y
significa que algunas personas tienden a relacionar lo que les ocurre con
factores personales propios (lugar de control interno) y otras lo tienden a
vincular con variables externas (lugar de control externo). Bien, aquellas que
tienden a “echar balones fuera”, sin responsabilizarse de lo que sí que
realizan, están más predispuestas al consumo.
Falta de
conformidad con las normas sociales. No entender las normas sociales, su funcionamiento,
utilidad o el hecho de tender a la rebeldía, hace que exista una mayor
inclinación al consumo de sustancias.
Escasa tolerancia a la frustración. Conforme vamos creciendo y
madurando, las personas aprenden a aumentar la paciencia a la hora de percibir
una recompensa. Las personas que desarrollan poca calma ante esa espera, y
desean una recompensa inmediata, tienen una mayor probabilidad de padecer
problemas de adicción.
Elevada necesidad de aprobación social. El halago, el reconocimiento
personal, un abrazo, una sonrisa cómplice, …junto con la aprobación social, son
refuerzos sociales que agradables de recibir. Cuando la persona antepone el
deseo de recibir ese refuerzo, obviando en ocasiones su propio criterio, puede
provocar una dificultad para rechazar un consumo en un momento de presión
social para ello.
Dificultad para el manejo del estrés. Cuando las personas no han aprendido
las suficientes estrategias para afrontar el estrés, las sensaciones de
ansiedad que produce pueden resultar desagradables, y causar que la persona
busque alternativas, como el consumo de sustancias, para paliar esas
sensaciones incómodas.
Insatisfacción con el empleo de tiempo libre. Las personas capaces de encontrar
actividades que le resultan satisfactorias y gratas en su tiempo libre, se
protegen de emplear ese tiempo en buscar esa gratificación en el consumo de
drogas.
Bajo aprovechamiento escolar. Aunque no es una relación directa, a
veces el hecho de no tener una buena trayectoria escolar, también se relaciona
con una menor autoestima, menor número de relaciones sociales, o tener pocos
conocimientos, todo ellos factores de riesgo de consumo.
Falta de habilidades sociales. El aprendizaje de destrezas que nos permitan interactuar con los
demás de una manera agradable, se relaciona con una mayor sensación de
bienestar, que protege contra el consumo de sustancias tóxicas. No somos islas
independientes, somos seres sociales que necesitamos establecer relaciones con
las demás personas.
Falta de conocimientos acerca de las drogas. No conocer de manera veraz las
consecuencias y efectos perjudiciales de las drogas en la persona, puede
incitar a tomar decisiones equivocadas en cuanto al consumo.
Expectativas positivas respecto a las consecuencias del
consumo de drogas.
Cuando la persona tiene la creencia de que si consume va a ser más atrevida,
atractiva, seductora o sociable, puede alentarle al consumo.
Falta de habilidades para tomar decisiones o resolver
problemas. Las
dificultades que presentan algunas personas para estar orientadas a la búsqueda
de soluciones a los problemas que la vida plantea, y el desasosiego e
incapacidad para tomar decisiones beneficiosas para uno mismo que esto puede
provocar, aumenta el riesgo de consumo.
Actitudes favorables hacia las drogas. Tener una idealización con respecto
al consumo de sustancias tóxicas intensifica el deseo de consumo.
Confusión con el sistema de valores. El consumo de algunas sustancias
puede estar relacionadas de manera equivocada con algunos valores, por ejemplo,
el valor del dinero o del éxito, con el consumo de cocaína, y el del placer o
la “tranquilidad” con el consumo de THC.
Desde Las Flotas trabajamos en los factores de protección contra estos factores de riesgo, tanto de manera grupal como de manera individual. Muestra de ello son las terapias de habilidades sociales, autoconocimiento, valores, Matrix, asamblea (donde se acuerdan y se vela por el cumplimiento de las normas), salud y manejo del estrés, etc. Orientamos a las familias y pacientes, de manera individualizada para el aprendizaje y la mejora de estrategias y herramientas para afrontar estos factores de riesgo y reducir las probabilidades de recaída.
¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.
Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.
Ana Sala, psicóloga de las Flotas.