SECUELAS DEL CONSUMO DE COCAÍNA

En el post de hoy, seguimos indagando acerca de las consecuencias del consumo de las diferentes sustancias, en concreto hoy nos centramos en la cocaína, dando por incuestionable que el consumo de las diferentes sustancias deja secuelas sobre la salud. Todas las sustancias de abuso, en primer lugar, actúan sobre el cerebro alterando la bioquímica y la estructura cerebral y, en segundo lugar, tienen efectos perjudiciales en otros órganos.

Las acciones de la cocaína se realizan a través de varios mecanismos, como, por ejemplo, bloqueando los canales de sodio e inhibiendo la recaptación de dopamina, serotonina y noradrenalina, esto significa que actúa directamente sobre los centros del placer cerebrales produciendo una sensación de bienestar, euforia y energía, a la vez que reduce el hambre, la fatiga, el sueño y actúa como anestésico local. Sin embargo, sus consecuencias a corto y largo plazo pueden ser muy graves, incluso mortales.

Los efectos se relacionan con la vía de administración, así como con la sensibilidad individual y de la dosis.

La vía intranasal habitual puede ocasionar una pérdida del sentido del olfato, hemorragias nasales, problemas al tragar, ronquera y una irritación general del tabique nasal, lo que puede producir una condición crónica de irritación y salida de secreción por la nariz. La vía oral puede causar gangrena grave en los intestinos porque reduce el flujo sanguíneo. La vía inyectada puede causar alergias, VIH, hepatitis y otras infecciones, y también provocar marcas de pinchazos y trayectos venenosos, usualmente en los antebrazos, además de experimentar reacciones alérgicas, ya sea a la droga o a algunos de los aditivos que se agregan a la cocaína en la calle y, en los casos más severos, estas reacciones pueden provocar la muerte. El uso crónico causa pérdida del apetito haciendo que muchos consumidores tengan una pérdida significativa de peso y sufran de malnutrición.

Las complicaciones derivadas del consumo de cocaína aparecen desde las primeras veces que se prueba la droga, y el peligro aparece ya que, por una parte, los consumidores se sienten muy atraídos por la sensación de euforia (hiperestimulación, sensación de mayor alerta y reducción de cansancio) que esta sustancia provoca, y que pueden elevar el umbral de tolerancia a otros síntomas, como los cardiovasculares, respiratorios y dolorosos, que, de no atenderse pueden llevar a consecuencias fatales.

Efectos a corto plazo:

- Euforia y sensación de aumento de energía, disminución del apetito, estado de alerta y falsa sensación de agudeza mental, aumento de la temperatura corporal y dilatación de las pupilas

- Aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco y contracción de los vasos sanguíneos. Esto puede desembocar en un infarto de miocardio, un ictus o muerte súbita cardiaca. Y esa subida brusca de la presión es habitual en consumidores crónicos, pero también puede surgir tras un periodo breve. Dependerá, entre otras cosas, de la predisposición individual.

- Puede ocasionar la hipersensibilidad a la luz, el ruido o el tacto que fomenta, también puede producir paranoia.

Efectos a largo plazo:

- Síndrome de abstinencia intenso tras un período sin consumir con síntomas como somnolencia, de presión, irritabilidad, agresividad, etc.

- Dificultades para el reconocimiento de emociones.

- Falta de autocontrol conductual ante emociones como la ira.

- Disminución del aprendizaje.

- Reducción de la capacidad de experimentar placer de forma natural (a través del ejercicio, la comida, el sexo…).

- Trastornos psiquiátricos como ideas paranoides de persecución, de grandeza; depresión, alucinaciones y psicosis.

- Hemorragias cerebrales y trombosis cerebral.

- Arritmias.

- Infarto de miocardio.

- Dolor torácico.

- Pérdida muy importante de peso (anorexia y desnutrición).

- Impotencia, alteraciones menstruales, infertilidad.

- Pérdida de apetito.

- Enfermedades cardíacas.

- Convulsiones.

- Cefalea.

- Náuseas y dolor abdominal.

- Pérdida de olfato.

- Hemorragias nasales.

- Perforación del tabique nasal.

- Cuadros asmáticos.

- Enfermedades de transmisión sanguínea como VIH, hepatitis B, hepatitis C (Si es vía intravenosa).

- Cuadros alérgicos graves por las sustancias con las que la mezclan (Si es vía intravenosa).

- Patología respiratoria: insuficiencia respiratoria, sinusitis e irritación de la mucosa nasal.

- Riesgo de infartos/hemorragias cerebrales.

- Cardiopatía isquémica.

- Muerte súbita.

- Enfermedades hepáticas.

- Enfermedades renales, como el fallo renal agudo.

El consumo fomenta la desinhibición, y puede aumentar la contracción de infecciones de transmisión sexual

Si has experimentado alguna de estas alteraciones o conoces a alguien que lo haya hecho, ponte en contacto con la Comunidad Terapéutica de Las Flotas para que podamos ayudarte.

¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.

Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote. 

Ana Sala, psicóloga de las Flotas.


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