CRAVING COMO PARTE DEL PROCESO
Craving. ¿Cómo? El deseo de consumo. ¡Ahh!
Más o menos esta suele ser la reacción ante este término que,
simplemente, define el sentimiento de necesidad imperiosa o “ansia” por el
consumo de drogas. Este craving es un componente esencial en una
dependencia, ya que es la intensificación del anhelo de consumo ante estímulos
asociados al consumo, ante la propia abstinencia o también por un estado
emocional determinado. Se presenta como una lucha interna: quiero consumir versus
quiero mantener la abstinencia. Desde Las Flotas enseñamos a que los usuarios
aprendan a ser conscientes y a identificar estas sensaciones para analizarlas y
saber cómo manejarlas y afrontarlas, hasta comprobar cómo se desvanecen sin la
necesidad de consumir. También les ayudamos a saber cuáles son los estímulos
condicionados al consumo (o disparadores, los cuales veíamos en un post
anterior), así como las emociones que pueden desencadenar el craving, y
cómo poder distanciarse de dichos estímulos y cómo equilibrar esas emociones.
Los pacientes están preparados para atravesar estas complejas
y desagradables sensaciones, porque lo saben de antemano y porque su voluntad
es aprender a desactivarlo. Pero, ¿y la familia?, ¿está igual de preparada para
afrontar el craving del familiar que tiene adicción?, ¿qué pueden hacer
los allegados?
Lo fundamental que cabe destacar es que no existe
rehabilitación sin craving, es decir, la familia debe asumir desde un
inicio que esta situación se va a dar: en repetidas ocasiones y con diferentes
intensidades. Preparar a las personas cercanas para que sepan cómo responder es
también nuestra función.
Lo primero: no asustarse. Complicado. Muchos recuerdos,
muchas experiencias pasadas y vividas. Mucho sufrimiento por parte de quién
acompaña o está cerca de una persona consumidora. Es la primera barrera a
saltar por parte de la familia. Al igual que hacen los pacientes, empezar a
expresar, los miedos, las sensaciones, las situaciones, etc. es la mejor manera
de que se empiece a desinflar el craving y el miedo. Contar con un
allegado presente, consciente de lo que está ocurriendo y sereno, es un segundo
pilar fundamental. El que haya un receptor a quién poder expresar: “tengo ganas
de consumir” ya es en sí una estrategia efectiva para reducir los sentimientos
de ansiedad y vulnerabilidad que acompañan esta experiencia.
Además de todo esto, presentamos algunas estrategias concretas para afrontar el craving:
- Expresar las sensaciones de deseo de consumo (como
explicábamos anteriormente).
- Entender el craving como parte del proceso normal de
la rehabilitación.
- Detectarlo e intentar describirlo (¿cómo es tu craving?
¿cuánto tiempo dura? ¿entre 1 y 10, cuánto te afecta?)
- Utilizar la parada de pensamiento (por ejemplo, darse un pellizco
con una palabra clave: ¡STOP!)
- Distracción (centrar la atención en otros estímulos,
verbalizándolos, por ejemplo, contando una receta paso a paso, o cantar una
canción, jugar a un juego de mesa, etc.)
- Control y planificación de tareas y actividades diarias.
- Realización de ejercicio físico (sentadillas, o dar un
paseo).
¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el
tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.
Porque desde Las Flotas seguimos manteniéndote informado. Seguimos ayudándote.
Ana Sala, psicóloga de las Flotas.