¿CÓMO ACTUAR ANTE LAS SEÑALES QUE PUEDAN INDICAR UN RIESGO DE CONSUMO?
Como prometíamos la semana
anterior, aquí seguimos reflexionando acerca de las señales de recaídas. Hoy,
en concreto, cómo actuar cuando observamos que nuestro familiar afectado por un
trastorno de adicción, le están sucediendo.
En primer lugar, como ya
informábamos en el post anterior, la familia debe conocer qué es, y qué no es,
una recaída, además de saber distinguir las señales que previamente se han
elaborado junto con el paciente y profesionales.
Esto es necesario, para no dejarnos
llevar por las emociones, tan intensas…y tan humanas, que pueden surgir en ese
momento (miedo, frustración, enfados, etc.), y que vienen provocadas por años
de experiencia con el paciente que sufre el trastorno: desconfianza en la
recuperación y pérdida de la esperanza y de la credibilidad en el paciente. Si
sabemos que la recaída puede formar parte del proceso de rehabilitación y es
una oportunidad de aprendizaje, nos dará más fortaleza para continuar adelante.
A pesar de las decepciones anteriores, a pesar de la frustración, a pesar de
las mentiras…no tirar la toalla, y, por supuesto, con los límites bien
establecidos para proteger a la familia, seguir adelante en la recuperación de
la persona con trastorno de adicción. Debe tenerse en cuenta que las redes
sociales de apoyo fortalecen y protegen a los pacientes de situaciones
estresantes o adversas.
Qué podemos hacer como familiares
ante las señales de una posible recaída, o ante una recaída ya efectuada:
- Mantener la calma buscando algo de
distancia emocional o expresión emocional con otra persona o profesional de
apoyo.
- Asumir una posición de ayuda y no
culpabilizar.
- No obviar las señales previas a la
recaída (o cuando ya se ha dado).
- Indagar en qué le está sucediendo
cuando se empiecen a percibir esas indicaciones de que algo está cambiando en
la persona y expresar los sentimientos de la familia, por ejemplo, si existe
preocupación, manifestarla.
- Disponer de un espacio tranquilo
donde se favorezca la comunicación, en espacios serenos y seguros.
- Buscar la comunicación con la
persona en un estado de abstinencia, nunca si la persona se encuentra
consumida.
- Lograr una actitud empática con lo
sucedido. Esto no significa compartir o colaborar con el hecho, significa poder
decir: “te entiendo”, ponerse en su lugar y, desde ahí, persuadirlo para que
salga de esa posición.
- Mantener los límites de manera
firme: no aceptar ningún tipo de agresión y, por supuesto, no proporcionar
dinero o sustancia.
- No favorecer situaciones de
consumo: consumir alcohol con ellos en comidas o celebraciones, acudir con los
pacientes a lugares de consumo, etc.
- Proponerle actividades
incompatibles con el consumo, y que ayuden a la persona afectada a que se
relaje y se exprese.
- No adoptar una actitud de
superioridad.
- No adoptar una actitud paternalista
que apoye la no responsabilidad del paciente. Ofreceremos nuestra ayuda, pero
con condiciones y límites.
- Asistencia con el paciente a los
profesionales sanitarios pertinentes para explicar la situación y analizar
conjuntamente la recaída y aprender de ella.
Éstas son algunas de las
sugerencias que pueden ser útiles en estos casos. Aun así, es necesario buscar
ayuda profesional inmediata si la persona está muy insistente, agresiva o no
quiere mantener la abstinencia.
¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el
tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.
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