¿CÓMO MANEJO MI PROPIA CULPA AL PONER LÍMITES AL FAMILIAR CON PROBLEMAS DE ADICCIÓN?
Desde la terapia de inteligencia emocional que se imparte en
la Comunidad Terapéutica de Las Flotas, trabajamos con nuestros pacientes que,
las emociones, tienen una función adaptativa. Si hiciéramos un símil con un
coche, son como las luces del panel de un coche que indican qué sucede dentro
del mismo, qué necesidades tiene el vehículo, qué funciona bien, o qué funciona
mal.
La culpa, como emoción compleja que es, también tiene esta
función adaptativa. Por ejemplo, es habitual que los usuarios del centro,
acudan con grandes niveles de culpa, propia de la persona que ha transgredido
las normas éticas o errores con consecuencias para él y/o su familia. El
trabajo con ellos es, ayudarles a que no se sientan desbordados con la
intensidad de la culpa, y el reconocimiento de las faltas que han cometido
(debido al problema de adicción), para poder reparar esos errores, y volver a rehacer
su vida con otro tipo de conductas no perjudiciales para ellos o sus allegados.
Sin embargo, poco se habla del manejo de la culpa de los
familiares. Sentimiento que puede venir desde muchos focos. Puede venir en el
inicio de la enfermedad: ¿En la enfermedad de mi
hijo/madre/padre/hermano/marido/mujer, he tenido parte de culpa? O bien, ¿qué
puedo hacer si me siento culpable al ponerle límites a mi
hijo/madre/padre/hermano/marido/mujer? En esta ocasión nos centraremos en ésta
última, ya que en la primera pregunta la cerraremos diciendo que, el origen de
la adicción es multifactorial y compleja: con factores biológicos,
psicológicos, socioculturales (que abarcaría la personalidad, familia,
genética, contexto comunitario, cultura, etc.) y que, por supuesto, no recae
sobre un miembro de la familia.
Por tanto, ¿qué puedo hacer si me siento culpable al ponerle
límites a mi hijo/madre/padre/hermano/marido/mujer? Trataremos de responder
esta cuestión de una manera pragmática.
Atenderemos, en primer lugar, la importancia de atender esta
cuestión. Y es que una de las orientaciones más importantes que se dan a las
familias cuando un allegado está en un proceso de rehabilitación, es seguir
estableciendo límites en distintas áreas (horarios, uso dinero, uso de
internet, etc.), como se hace en comunidad terapéutica. Límites que, tras la
insistencia de las personas con trastorno de adicción, pueden ser transgredidos
por el sentimiento de culpa de las familias.
Si la culpa, como decíamos al inicio, es como un mecanismo en
el que nosotros mismos realizamos un “juicio moral” de nuestra conducta (o
pensamientos), por acto u omisión, y en el que determinamos que hemos cometido
un error, lo primero que debemos entender es si realmente estamos cometiendo un
error o no.
Cuando se orienta a las familias, una de las propuestas más
importantes es el mantenimiento de límites en algunos aspectos, como hábitos
saludables o manejo de dinero. Durante las salidas e a su propio contexto,
muchos usuarios preguntan a su familia si pueden saltarse estos límites,
argumentándolo de muchas maneras. Las familias, no quieren sentirse incómodas
diciendo que no de forma contundente, ya que se sienten “culpables” de generar
malestar al paciente. Sin embargo, aunque a corto plazo, sientan alivio, el
mantenimiento de esos límites son fundamentales para la prevención de recaídas.
Por tanto, los familiares deben recordarse, constantemente, que el error está
en ceder en ese momento, y que, por tanto, merece tolerar ese malestar
presente, por un bien a largo plazo. Este pensamiento podrá disminuir, en
muchos casos, la intensidad de la culpa de los familiares, al poner límites a
sus parientes con problemas de adicción.
¿Y qué otras orientaciones damos a las familias durante el
tratamiento de rehabilitación? En próximos posts, las iremos revelando.
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